"Nada es más importante que la vida"
ANTOFAGASTINIDAD. Patricia Palma, comunicadora.
La voz de Patricia Palma es fácilmente distinguible para los radiales del Norte. La comunicadora nacida en Chañaral en 1969 es una especie de marca registrada.
Si a eso sumamos su paso por televisión, en la desaparecida red Telenorte, comenzamos a dimensionar el impacto que ella ha tenido con su labor.
Pero es mucho más que eso. Quienes la conocen saben de su profundo respeto por la amistad y la conversación, algo que desliza con sus respuestas.
Estas son algunas de sus impresiones de la vida.
¿Cuál es el recuerdo de tus padres y cuál fue su mejor enseñanza?
-Padres muy lúdicos, entretenidos y apoyadores, pero siempre con las reglas muy claras y con una relación entre ellos de mucha complicidad y compañerismo.
De sus enseñanzas: la probidad, la tolerancia, el agradecimiento. Me enseñaron que un título no te hace mejor persona y que de cada persona que se cruza en nuestras vidas (independiente de su situación o condición) podemos aprender algo. Además me inculcaron el amor por mi tierra natal y a no olvidar nunca eso.
Tu padre vivió una experiencia límite con el aluvión de 2015. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Fue una experiencia desgarradora, que te deja con una sensación absoluta de vulnerabilidad y desamparo. De un minuto a otro quedas como parado en medio de la nada. Él fue arrastrado por 3 kilómetros en el aluvión de Chañaral y se mantuvo un año en distintos centros asistenciales intentando recuperarse.
Lamentablemente no lo logró y falleció un año después. Esto te enseña que absolutamente nada es más importante que la vida. Ni el trabajo, ni el negocio, ni lo material que pierdes en una situación de catástrofe o en una pandemia como la que estamos viviendo. Rescato sin embargo el vaso medio lleno, tuve una especie de "año de gracia" para que no quedara nada pendiente. Otros padres murieron el mismo día y otros nunca aparecieron.
¿Cómo llegaste a los medios y qué es lo mejor de ese espacio?
-Fue en 1990. Buscaba trabajar en radio y mientras conseguía esa oportunidad, entré a Telenorte como notera del programa matinal. Unos meses después ya estaba en la conducción del programa y también de las noticias. Lo mejor de ese espacio fue sin dudas la posibilidad de poder llegar a todo el Norte y que de alguna manera todos los que estábamos ahí aprendíamos in situ día a día a hacer televisión con pocos recursos. Un año después ya estaba también trabajando en radio.
¿Qué significa la radio en particular?
-Fuera de mi ámbito personal y familiar, la radio es lo más importante. Es cercanía y muchas veces es la posibilidad de ser un puente entre quienes tienen dudas, problemas y necesidades y quienes tienen la responsabilidad de resolverlos.
Puedo decir que soy afortunada al ganarme la vida en lo que me gusta. Estar frente a un micrófono es una tremenda responsabilidad y eso nunca debemos perderlo de vista.
Debes tener cientos de anécdotas... ¿Cuál es la que siempre te saca una sonrisa?
-Sin lugar a dudas las más clásicas son aquellas donde se te queda abierto el micrófono. En esos casos pueden salir al aire comentarios y garabatos que prefiero no repetir por acá (risas).
¿Es más difícil todo si eres mujer?
-Hoy en día, las cosas han cambiado, por lo menos para mí. Cuando hice mi primer intento de trabajar en radio una de las respuestas que tuve fue que la radio no era para las mujeres. En otra oportunidad un jefe me preguntó para qué quería aumento de sueldo si tenía marido. Y por supuesto que como a muchas mujeres, me pasó que cuando tuve un ascenso laboral, no faltó el que comentó que eso era porque el jefe tenía otros intereses conmigo.
Fuera del ámbito laboral remunerado, las cosas tampoco son fáciles para las mujeres. También han ido mejorando, pero aún falta mucho. Soy de las que sostengo que no quiero caminar ni adelante ni atrás de los hombres, sino que a su lado. Somos iguales y a la vez distintos, en el complemento está la gracia.
¿Cuál es el mejor espacio de la Región... el que más te gusta?
- Tener la posibilidad de poder mirar el mar y los cerros a la vez es impagable. Ese contraste que sólo tiene el Norte es único. Y como espacio propiamente tal, todos tienen cosas para rescatar, sólo hay que saber encontrarlas.
En tiempos tan convulsos ¿qué consejo le darías a personas que no conoces?
-No siento que tenga que entregar consejos a nadie, pero creo que sin lugar a dudas lo primero es el respeto. Valorar la vida es lo más importante y para eso el ponerse en el lugar del otro es fundamental. La capacidad de escuchar al que está al lado, de tratar de entender porqué actúa como lo hace y cuál es su realidad. Siento que tanto el movimiento social como la pandemia son en cierto modo revoluciones (distintas una de otra).
La historia dice que todos estos procesos son dolorosos, pero finalmente tienen que lograr provocar cambios en nuestra sociedad, que espero sean lo mejor para todos.