La educación a la luz de la contingencia
"Un curso online nunca reemplazará a uno presencial y, más aún, dado el contexto, las características y los factores en el que se desarrolla..."
Enseñar y aprender en el contexto actual genera grandes incertidumbres. En este sentido, la crisis sanitaria que nos afecta, ha implicado para el mundo de la educación la imperiosa necesidad de echar mano a la creatividad y la flexibilidad en sus procesos para alcanzar los objetivos propuestos. Al respecto, los modelos formativos a distancia se enarbolan como alternativas para afrontar esta situación; no obstante, este desafío se erige como una acción compleja tanto para profesores/as como para estudiantes y sus familias.
De esta forma, hay quienes señalan la necesidad de replantear paradigmas y la educación no estaría ajena a este pensamiento. Es así que los procesos formativos, debido a la contingencia, se han visto obligados a mutar, como en el caso de la clase presencial a la no presencial, transformándose en un verdadero acertijo para sus usuarios. A lo anterior, se añaden importantes dosis de presiones externas que buscan alcanzar, no siempre simétricamente, sus objetivos particulares.
Recomiendo, entonces, evitar la autoflagelación tanto de padres como de docentes. Los primeros, al no lograr descifrar estos nuevos códigos y canales educativos; y los segundos, que se ven enfrentados a esta nueva forma de pedagogía e interacción. Asimismo, me permito recordar que las instituciones educativas expertas en formación a distancia, demoran aproximadamente dos años en configurar sus módulos, capacitar a sus docentes e implementar plataformas idóneas para su ejecución. En contraposición, nuestro sistema educativo lo ha realizado en un acotadísimo tiempo.
Otra dificultad se relaciona con el aprendizaje de los estudiantes en sus casas por un periodo prolongado e indeterminado, lo que es una tarea desafiante para todos. En este contexto, quiero relevar a la experta Amanda Céspedes, quien en entrevista con CCN Chile señaló que: "no nos pongamos como primer objetivo salvar el año escolar, sino que cautelar el bienestar sociológico de los niños". Al respecto esta opinión -certera, a todas luces- me parece fundamental para aclarar que, ante todo, hay un ser humano en formación que también se ve afectado por la coyuntura. En este marco, debemos considerar tiempos precisos para trabajar en sus deberes escolares y, en lo posible acompañado, lo que asegurará su bienestar personal.
Finalmente, quisiera remitir una máxima -y téngase como mantra- un curso online nunca reemplazará a uno presencial y, más aún, dado el contexto, las características y los factores en el que se desarrolla este proceso formativo. Sin embargo, nos da una oportunidad de desarrollar aspectos de la pedagogía relevantes como el trabajo colaborativo, la discusión entre grupos profesionales afín, el abordaje colectivo de las dificultades, entre otros.
Rodrigo Tapia Molina,
Director Académico CFT estatal de la región de Antofagasta