Recolección de la basura
Siempre, pero más en estos días, las personas que realizan el servicio de recolección (y sus familias), están más expuestas a enfermedades Chile produce unas seis millones de toneladas de basura anualmente y sólo por persona se genera un kilo al día, como promedio. Esa es la magnitud del asunto y la complejidad que implica.
Como todos hemos visto, hay servicios que no se han detenido, pese a las complejidades que hoy enfrenta el planeta: la salud, el comercio, la producción de agua y energía y tantos otros servicios indispensables para el desarrollo.
En esa misma importancia cae otra actividad, igual de fundamental, pero con menos visibilidad: la Federación Nacional de Recolectores de Basura planteó a las empresas encargadas de la extracción de los residuos domiciliario en todo el país, y a la Subsecretaría del Trabajo, la necesidad de que los trabajadores que cumplen esas funciones dispongan de implementos básicos para prevenir el contagio de coronavirus.
El gremio reiteró la necesidad de dotar a todos los camiones recolectores con agua, jabón, alcohol gel, guantes especiales y mascarillas de traslado para los trabajadores. Los dirigentes reconocen que la mayoría de las empresas lo están haciendo, pero hay otras que no. Y al organismo de gobierno le plantearon que los recolectores deberían usar overoles desechables, porque aquellos que utilizan en la actualidad pueden llevar el contagio hacia sus hogares. Asimismo, que se les debería considerar como personas en riesgo, debido al contacto diario que tienen con los desechos domiciliarios, por lo cual todos deberían ser vacunados contra la influenza.
Es muy importante la función que cumplen estos trabajadores en todo el país. Son parte de los servicios que deben seguir funcionando en los casos de cuarentena u otras restricciones, ya que la acumulación de desperdicios en las calles generaría complicaciones sanitarias aún mayores.
Es posible ver cada día el peligro que enfrentan estos servidores, que van en la parte trasera de los camiones, se bajan y se suben con el vehículo en marcha, en cada lugar donde hay bolsas con basuras. Muchas veces se exponen a sufrir heridas, porque las personas dejan vidrios, latas u otros materiales cortantes entre sus desechos.
Pero allí siguen operando, muchas veces en silencio y acometiendo una tarea fundamental, irremplazable e impostergable. Toda la ayuda que pueda prestárseles, es honestamente poca.