Con 118 ventiladores y 32 internistas, la red pública espera peak de coronavirus
HOSPITALES. Especialistas explican que ante la limitada cantidad de recursos, es urgente extremar medidas para evitar contagios y no provocar colapsos en los centros asistenciales.
A principios del año 2013, en el antiguo Hospital Regional de Antofagasta se inauguraba la nueva Unidad de Paciente Crítico (UPC). Una inversión de más de $600 millones del Gobierno Regional, que actualizaba completamente la vieja unidad de tratamientos intensivos del antiguo establecimiento.
El proyecto aumentaba de 18 a 24 las camas críticas, altamente equipadas, e incorporaba 3 camas UCI que permitirían mejorar la atención de pacientes con patologías cardiovasculares o respiratorias de toda la macro zona norte
Con el proyecto de construcción del nuevos hospital de Antofagasta en ciernes, el director del Hospital Regional de la época, Juan Pablo Mattatal, señalaba que el futuro de esa unidad no estaba resuelto.
"Tendremos que tener la capacidad de observar, si el nuevo hospital va a tener la capacidad suficiente o necesitará del respaldo de una unidad de menor complejidad", indicaba el médico.
Casi premonitoriamente, y a raíz de la pandemia del coronavirus en curso, esa discusión se ha visto reflotada entre autoridades nacionales y locales, principalmente por la disposición de camas críticas y ventiladores en la región.
De acuerdo a información proporcionada por la autoridad sanitaria, a la fecha la red pública de la región dispone de 173 camas críticas y 118 ventiladores para abordar el peak de casos graves de COVID-19. De hecho, con 39 casos, en la región ya se registran tres pacientes conectados a ventilación mecánica en Antofagasta.
De acuerdo a los datos de gestión hospitalaria del Minsal, durante el 2018 y 2019 la ocupación de camas críticas en el principal establecimiento de la región bordeó al 87%.
"Es decir, sin pandemia del coronavirus, se ocuparon casi 30 de las 37 camas disponibles en la UPC del actual", indica Zamir Nayar, ex director del Servicio de Salud de Antofagasta (SSA).
"Si uno saca la proporción de tasas de uso de camas por el número de pacientes, en la región se van a requerir 50 ventiladores día, aproximadamente. La parte buena del problema es que tenemos ese equipamiento en la región, lo difícil es la preparación de los equipos y acciones sanitarias que se deben hacer para que, llegado el momento, eso funcione", indica Nayar.
Camas
Para el ex directivo, uno de los principales temas a resolver para la habilitación de más camas críticas, es contar con un número adecuado de profesionales para atender la mayor demanda.
"Yo no soy tan pesimista respecto a la falta de ventiladores, pero para que esos funcionen, lo que hay que hacer es colocarlos en lugares donde puedan funcionar y con personal que los sepan usar", puntualiza el ex director del SSA.
De acuerdo a la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva, solo la formación de un médico intensivista requiere de al menos dos años de internado. En la región actualmente existen 32 profesionales de la especialidad quienes principalmente operan en el Hospital Regional.
"Necesitamos formar más jóvenes para lo que se viene. Y tendrá que ser de forma exprés, en la contingencia para manejar esas unidades de ventilación. No nos queda otra", indica Hugo Benítez, secretario regional del Colegio Médico.
Autoridades del sector estiman que para la atención de la ola de coronavirus se necesitarían más de 120 enfermeras, técnicos y paramédicos solo en tareas de atención de terapias intensivas.
"Una enfermera UCI se forma en 3 años aproximadamente. Obviamente no tenemos ese tiempo y necesitamos incorporar mayor personal que sepa qué hacer al momento de la atención", sostiene Benítez.
Otras medidas
Ante la falta de profesionales entrenados y dado el limitado número de ventiladores y camas críticas (a nivel nacional se registran 850) y su uso histórico en el sistema público (cerca del 90%), especialistas como Juan Carlos Said, médico internista y master en salud pública del Imperial College, aseguran que se hace necesaria una mejor coordinación de medidas de la autoridad sanitaria, como extremar el aislamiento de la población.
"En epidemiología la evolución de virus depende de las medidas que se adopten. Hoy tenemos dos opciones, aumentar el número de ventiladores, pero eso va a estar en mayo. Entonces, lo que se puede hacer es extremar las medidas del control del contagio ahora. No somos Alemania, que produce miles de ventiladores y camas. Tenemos que ser astutos y optar por medidas que por muy dolorosas económicamente podemos implementar ya", indicó.
Opinión similar comparte la epidemióloga cubana, Margarita Fuentes, quien fue jefa de estudios del Centro Latinoamericano de Medicina de Desastres del Ministerio de Salud de Cuba, y estuvo a cargo de dirigir equipos en otras pandemias, como la gripe aviar o el ébola.
"Ante la falta de equipamiento de alta complejidad, lo fundamental es aislar perentoriamente a todas las personas. Pero ese aislamiento tiene que ser vigilado. No puede quedar a la voluntad personal. Tiene que ser estricto y supervisado por personal clínico que monitoree constantemente la evolución de cada paciente y que éste solo pueda dejar esa cuarentena quien no tenga el virus. Es la única forma", indica la epidemióloga.