En diciembre del año pasado, se registró el primer caso de Covid-19 en el mundo, más conocido como coronavirus, específicamente en la ciudad de Wuhan, en China; un par de meses después estamos contabilizando 342 casos a nivel nacional y seis a nivel regional de los cuales dos están en nuestra ciudad, Calama.
Es por ello, que he dispuesto de múltiples medidas preventivas para evitar la propagación de esta enfermedad en nuestra gente. Siendo la primera de ellas, la suspensión total de las clases, incluso cuando el gobierno no lo había decretado, porque estoy convencido que toda niña, niño y joven estará siempre mejor en sus hogares.
Posteriormente, se habilitó una plataforma online para que los alumnos sigan recibiendo los contenidos correspondientes y así esta medida no les implique un retraso significativo en sus estudios.
Asimismo, suspendí todas las actividades del 141° Aniversario "Calama, para todos", incluyendo la tradicional Feploa, la cual albergaba centenares de personas. A lo que se le suma, la implementación de turnos éticos en toda la Municipalidad, limitando la atención de público e implementando el teletrabajo.
De igual forma, enviamos a sus casas a todos los funcionarios de 70 años o más.
También, suspendí todas las fiestas patronales que se desarrollan en nuestros poblados de Alto El Loa, entendiendo que reúnen gran cantidad de fieles. A su vez, me reuní y ya estoy gestionando artículos de protección para el transporte público menor.
Además, solicité formalmente el cierre de las grandes tiendas y centros de reunión, incluyendo un emplazamiento a las empresas mineras para que puedan funcionar con personal reducido y que consideren un cambio en los turnos para así no conglomerar tanta gente en nuestro aeropuerto, sabiendo que es el segundo con mayor tránsito del país.
En este sentido, es que mi llamado es al aislamiento comunal, a que las personas, en la medida de lo posible, se queden en sus casas, que tomen todas las precauciones necesarias.
No queremos más contagios ni más personas en sospecha.
Nunca expondré a mi gente a situaciones de peligro, prefiero implementar resguardos exagerados, a que sean insuficientes.
Es la hora de los médicos
La pandemia de COVID-19 ha llegado a un punto donde la contención ya no es posible. La amenaza COVID-19 es real y está empeorando rápidamente. Muchos de ustedes están muy nerviosos; algunos no están seguros de la validez de la información que está leyendo. Como líderes médicos, sentimos que era importante crear un recurso en el que se pueda confiar como científicamente preciso y que contenga la mayor cantidad posible de información y orientación procesables.
La información precisa y procesable durante una epidemia puede salvar vidas. Los médicos estamos en la primera línea de esta epidemia. No solo tratamos a los enfermos, sino que también nos preocupamos por la información errónea que se transmite a través de la transmisión tradicional y las redes sociales. La evidencia importa.
Desafortunadamente, la evidencia es a menudo lenta, metódica, extensa y aburrida, además tiene dificultades para enfrentar los titulares y la exageración. Creemos que una representación precisa de la pandemia actual de COVID-19 seguida de un conjunto de pasos procesables que ustedes, sus seres queridos, políticos y funcionarios locales puedan utilizar, es de suma importancia y, en última instancia, podría salvar decenas de miles de vidas.
Lo que más nos preocupa como médicos es el riesgo sistémico. Los sistemas complejos, como nuestro sistema de atención médica, funcionan porque todas las piezas móviles se unen e interactúan entre sí, de tal manera que el sistema funciona bajo cargas normales, menores que las cargas normales y ligeramente más altas que las cargas normales, pero puede romperse bajo las cargas muy altas, como las que anticipamos con COVID-19. Hemos visto con horror lo que está ocurriendo en Italia, donde su sistema de salud está colapsado. El sistema de atención médica se vio abrumado por una avalancha de personas que requirieron atención médica crítica, y todos llegaron demasiado juntos a un tiempo. Italia y probablemente ningún país, tiene las suficientes camas de UCI, ventiladores (máquinas de respiración mecánica) y medicamentos para atender a todos los pacientes que lo necesitan en una pandemia de progresión tan veloz como ésta. Los médicos en Italia están juzgando y discriminando diariamente quién recibe una cama de UCI y cuidados críticos y quién no, porque no hay suficiente suministro para cuidar a todos. No queremos ver que esto suceda aquí. Esto deberíamos tenerlo muy claro todos.
Ya que esto también sucederá aquí, y sucederá pronto, posiblemente en una o dos semanas, si no tomamos medidas muy audaces en este momento.
Si nuestro sistema de salud falla, todos sufriremos. Si el Hospital Regional se ahoga con pacientes con COVID-19, las personas con apendicitis, ataques cardíacos, tobillos rotos, accidentados graves, etc., no podrán recibir tratamiento. Esta es la imagen del riesgo sistémico. Todos están en riesgo si hay una falla global en nuestro sistema de atención médica, no solo aquellos con COVID-19, se verán afectados, sino también cualquiera que necesite recibir atención inmediata.
El desafío es el siguiente: seguir las medidas de aislamiento social recomendadas, apoyarlas y difundirlas, salvará vidas no solo de las personas con mayor riesgo de infectarse, sino también de aquellas que necesitan otros servicios críticos de atención médica, incluidos nosotros mismos. Salvaremos la vida de personas que nunca conoceremos.
Daniel Agusto Pérez
Alcalde de Calama
Hugo Benítez
Médico