Se estrena la cinta del escape carcelario más grande de Chile
CINE. Este jueves llega a las salas "Pacto de fuga", trabajo de David Albala que muestra la construcción del túnel por el que salieron 49 reos de la ex Cárcel.
El 29 de enero se cumplen 30 años de uno de los acontecimientos que marcaron la historia penitenciaria de nuestro país como fue la fuga de 49 presos de la ex Cárcel Pública de Santiago. Un hecho que por sí salía sacado de una película de ficción, ya que el escape fue a través de la construcción de un túnel de 60 metros que demoró 18 meses en una obra de ingeniería que provocó en todo Chile se preguntara ¿dónde escondieron la tierra?
Esa interrogante estuvo en la mente del director David Albala desde que ocurrió la noticia, cuando él tenía sólo 18 años. "No podía creer que una fuga se pudiera hacer escondiendo 55 toneladas de tierra dentro de la cárcel. No tiene ningún sentido lo que te estoy diciendo, es ilógico. ¿Dónde guardas 55 camiones de tierra en la cárcel?", reflexionaba el realizador en una entrevista que ofreció en mayo pasado a este Diario.
"Ahí dije 'esto es imposible, quiero ver esta película' y por eso la hice, para poder verla", acotó sobre la realización de "Pacto de Fuga", cinta cuyo estreno estaba programado para el pasado 24 de octubre pero que debido al estallido social -que significó el cierre de salas de cine-, se debió correr para este jueves 23 de enero.
Operación éxito
El plan para fugarse de la ex Cárcel Pública -al que denominaron Operación Éxito- fue organizado por miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que habían sido apresados tras el hallazgo de arsenales en Carrizal Bajo y el atentando a Augusto Pinochet, ambos ocurridos en 1986.
La excavación comenzó meses antes de que se llevara a cabo el plebiscito del 5 de octubre de 1988 entre el Sí y el No. Armados con un destornillador y otros implementos caseros comenzaron a trabajar en turnos: mientras unos cavaban, otros llevaban la tierra que sacaban a un entretecho en la galería donde estaban recluidos.
Para conseguir su objetivo utilizaron los conocimientos de quienes conformaban el equipo de trabajo, entre los que se encontraban médicos, arquitectos y profesores. Gracias a esto pudieron diseñar un sistema de ventilación con botellas de plástico que les permitía tener más aire dentro del túnel, poner iluminación con bombillas de bajo consumo y otras técnicas para sortear las dificultades que se presentaban en el camino.
Para no levantar sospechas, luego de sus turnos seguían con otras labores como jugaban ajedrez, fútbol y mantener conversaciones políticas. No fue una tarea fácil, porque en el camino se encontraron con otras dificultades, como el hecho de tener que reducir el número de participantes -para hacerlo más rápido-, y el tener que cumplir con el objetivo antes que asumiera Patricio Aylwin el gobierno el 11 de marzo de ese mismo año.
La noche del 29 de enero de 1990, alrededor de las 20 horas, comenzó la huida. Dentro del túnel esperaron dos horas hasta que sus compañeros que los esperaban en el exterior les dieron la señal de salir. Por el pasadizo se fugaron 49 detenidos, siete de ellos condenados a muerte, y se demoraron 40 minutos.
Más ficción que realidad
Si bien Albala se basa en este hecho, lo cierto es que le imprime un tono policíaco y de thriller que escapa de su tono más político. En este sentido, entra en juego la ficción que parte desde el momento de no utilizar los nombres reales de quienes protagonizaron la fuga.
Es así como Benjamín Vicuña encarna a León Vargas y Roberto Farías a Rafael Jiménez, los dos líderes de la operación. Ambos están detenidos por el atentado y tienen una vida personal semi destrozada: al primero le mataron a su familia y a Jiménez lo dejó su mujer, militante como él.
Éste es el rol que encarna Francisca Gavilán, quien ayuda desde el exterior al desarrollo de la fuga. En conversación con este Diario, comenta que "me encantó el proyecto" cuando la llamaron a participar, recordando que "yo era adolescente en esa época y esta noticia nos afectó a todos. Salió en toda la prensa".
Sobre su personaje, la actriz explica que está separada del de Farías debido a las implicancias que tenía pertenecer al Frente en esa época como arriesgar la vida y dejar de ver a sus hijos, entre otras cosas. En cuanto a su relevancia en la historia está el que busca convencer a los demás de la importancia de hacer la fuga antes del cambio de mando. "Ahora con mayor ahínco trabaja con el Frente Patriótico, ahora que ya ganó el No", sostiene.
Sin embargo, advierte que "ella está un poco reticente de esta situación. Le causa mucho miedo perderlo para siempre, perderlo como padre de sus hijos, que fue lo que pasó con muchos de estos fugados: algunos se quedaron para siempre afuera y otros volvieron con otro nombre. Entonces era entregarlo a la vida y tal vez a no verlo nunca más. Es muy bonita esa historia".
En cuanto a la importancia de llevar este tipo de historias al cine, Gavilán manifiesta que "me parece fantástico". "Me parece que el cine y el arte tienen el permiso para hacer todo, para retratar cualquier historia sea política, de una familia, de lo que uno quiera contar. Y por qué no, contar esta fuga que fue increíble, con un destornillador, durante un año y medio, de un túnel, de 50 toneladas de tierra escondida sin que nadie se diera cuenta. Era una obra de ingeniería pura", acota.
Durante el proceso de preparación e investigación de la cinta, la actriz cuenta que contaron con la asesoría del periodista, escritor, miembro del FPMR y quien participó en la fuga, Raúl Blanchet, quien falleció en mayo del año pasado.
"Es una pena que no haya alcanzado a verla con todo terminado. Él nos ayudó en todo, tuvimos largas conversaciones acerca del proyecto, de cómo se vivía, cómo era trabajar para el Frente, cómo era la cárcel. Entonces la celda está construida casi a la pata de lo que él contó. Hubo un trabajo de arte muy valioso", sostiene en referencia a la recreación que se hizo en las cárceles de Buin y La Serena.
Sobre sus expectativas con el largometraje, Francisca Gavilán es positiva: "Tengo la sensación de que le va a ir muy bien, es muy ágil y muy entretenida de ver. Está muy bien contada la película, se ve el Chile de los 90, se siente, se huele, se escucha. Uno se siente reflejado, va a haber de todo, detractores y gente que le guste mucho".
La cinta de 135 minutos tiene una banda sonora compuesta por canciones emblemáticas de los años 80 como "El baile de los que sobran" de Los Prisioneros y la original "Libertad" de Ana Tijoux.
"Está muy bien contada la película, se ve el Chile de los 90, se siente, se huele, se escucha. Uno se siente reflejado, va a haber de todo, detractores y gente que le guste mucho".
Francisca Gavilán, actriz