Adultos mayores venden en las calles debido a sus bajas pensiones
VARIOS CASOS. Se las ingenian para instalar negocios ambulantes y así poder generar más recursos.
Varios son los adultos mayores que se las ingenian para tener un ingreso extra que les proporcione sobrevivir el día a día. Sus bajas pensiones, en una ciudad con precios muy altos, no es suficiente para solventar sus gastos. Ellos están instalados en distintas calles de la ciudad, tratando de levantar negocios que les proporcionen una estabilidad económica.
No es difícil encontrarlos, pues basta con recorrer algunas calles céntricas de Calama, para ver a adultos mayores vendiendo distintas cosas. Uno de ellos es Bernardo Alquinta de 79 años, quien desde hace varios meses se instaló como vendedor ambulante en la esquina de Vivar con Sotomayor.
Él, con una sonrisa en el rostro y bajo sombra, ofrece amablemente sus productos, que constan de frutos secos, miel e incluso, incorporó a su microemprendimiento, unos lápices que detectan billetes falsos. "Anda mucha gente aprovechándose, entregando billetes falsos hasta de 20 mil pesos", nos advierte.
Bernardo perteneció 18 años al Ejército, según él, en aquellos tiempos que no se ganaba mucho y cuando se fue a retiro comenzó a buscar trabajo en lo que fuera. "Trabajé en todo, hasta atendí mesas, nunca me quedé sin trabajar", agregó el comerciante.
Pero los años fueron sumando no solo experiencia, también enfermedades, lo que provocó que cuando tenía por fin instalado un negocio de accesorios para vehículos, se quedó sin un peso. "Me enfermé mucho y muy grave. Tuvimos que vender todo para poder comprar los medicamentos que eran sumamente caros. Fue triste, porque me encontré sin nada y una de mis hijas finalmente me dijo, el año pasado, que me iba pasar una platita para yo poder montar un negocio de lo que pudiera y así fue que buscando, entré a vender nueces, almendras, pasas", indicó el adulto mayor.
Usa un bastón, porque tienen problemas en sus piernas, esto derivado a una enfermedad que lo atacó, la cual no la supo especificar y por el desgaste de la edad. "Me levanto temprano, vivo en calle Ecuador y de allá me vengo caminando despacito con mi carrito con frutos secos. Estoy aquí desde las 9 de la mañana hasta las 14 horas. Hay días buenos y días muy malos. A veces me vuelvo a la casa con solo 2 mil pesos que vendí", agregó Bernardo.
Este vendedor de frutos secos actualmente vive con una hija y una nieta. Según él, mientras tenga vida, seguirá trabajando.
Vendedora
Avanzando algunas cuadras hacia el norte, nos encontramos en calle Latorre entre Bañados Espinoza con Antofagasta, a Gloria Medina de 75 años. Ella misma dijo que la conocían como la "abuelita del confort", y es porque sagradamente se instala algunas horas vendiendo paquetes de papel higiénico.
Esta adulta mayor indicó que ha trabajado durante años, siempre vendiendo cosas, para así poder costear los gastos diarios. Vive con sus cuatro hijos y todos trabajan, ella hace lo mismo y reconoce que le va muy bien.
En unos minutos en que logramos entrevistarla, vendió más de 15 paquetes de papel higiénico de cuatro unidades. "Estoy un rato solamente, porque el cuerpo también se cansa, pero no puedo quejarme, siempre he trabajado y seguiré haciéndolo mientras Dios me dé mis manos sanas para hacerlo. Hay que vivir de algo y esto lo hago a diario, me hago mi platita y me vuelvo a mi casa. Solo pido tener harta salud por harto tiempo más", indicó.
Cuando le preguntamos si estaba casada nos dijo que "nunca me he casado y nunca me voy a casar, parece que esa es una de las razones por la que aún sigo sana y con las manos buenas para trabajar".
Pensiones bajas
En ambos casos que pudimos conocer nos comentaron que, si siguen trabajando, es simplemente porque poseen pensiones muy bajas que les hace imposible vivir en Calama, ya que el costo de la vida en esta ciudad es muy alto.
"Recibo 130 mil pesos, pago el agua, la luz y un balón de gas y ahí se me fue toda la plata del mes. Entonces no me alcanza para nada más, uno tiene que seguir trabajando en lo que sea, para poder tener medianamente para comer todos los días", agregó Bernardo Alquinta.
Al ser consultado por los bonos y el aumento en pensiones que ofreció el gobierno y si le benefició en algo, respondió que "me dieron un aguinaldo de Navidad de 19 mil 500 pesos, el que gasté comprando gas y más encima me faltó porque vale más de 20 mil pesos. Y sobre el aumento que anunció el gobierno, es una burla, me subirá a penas 11 mil pesos y hay autoridades que sentadito sin hacer nada, tienen un bono de 3 millones de pesos. Es una burla para el adulto mayor".
El caso de Gloria Medina no es muy distinto, ya que también por temas de pensión sigue trabajando en las calles. "Recibo 100 mil pesos y no se me hace nada, con todo lo que hay que pagar, gracias a mi trabajo, puedo asegurar comida para el día. Es muy ingrato el país con los adultos mayores, hay muchas cosas donde nos desprecian", explicó.
En Chile, según el último Censo 1 de 5 ancianos trabaja y en la comuna es el 30% de los que ya están pensionados.
"Siempre he trabajado y seguiré haciéndolo mientras Dios me de mis manos sanas para hacerlo".
Gloria Medina, Adulta Mayor que vende papel higiénico en calle Latorre
¿Dónde pueden encontrarlos?
Bernardo que vende frutos secos y miel, se instala en la esquina de Sotomayor con Vivar de lunes a sábado desde las 9 a las 14:00 horas. Tiene bolsitas de mil pesos en adelante.
Gloria se instala en calle Latorre llegando a Bañados Espinoza, vende 4 rollos de papel higiénico a mil pesos.
1 de cada 5 adultos mayores
2050 trabajan en Chile, según el Censo abreviado de 2017, por bajas pensiones.