El aumento del tráfico aéreo nos deslumbra como provincia, más si consideramos que tenemos el segundo aeropuerto más importante del país después de "Arturo Merino Benítez" de Santiago.
Pero estas cifras debieran ser miradas en el contexto de nuestra provincia y poder concluir si son un buen indicio o debe llevarnos a analizar cómo construimos nuestra zona.
Primero, es necesario clarificar que esta altísima cifra que este año sobrepasará los dos millones de pasajeros que llegan y salen del Loa, se debe al factor minero, turismo (San Pedro de Atacama) y los bajos costos, que obviamente invitan a viajar en avión los casi mil ochocientos kilómetros que nos separan de Santiago, que viajar por tierra esas distancia en bus durante 22 horas.
Entonces, la potente cifra de vuelos aéreos podrían generar una distorsión de la realidad que tenemos en la zona, y más cuando sabemos que habitantes de muchas pequeñas localidades de la provincia nunca han conocido el mar, y menos han volado en un avión.
Se necesita entonces, conciliar este desarrollo del tráfico aéreo con otras áreas de nuestra provincia que nos lleven a un progreso sostenido, pero armónico.
No podemos seguir escuchando de millonarias inversiones en la minería o el turismo, si seguimos teniendo localidades que no poseen agua potable ni energía eléctrica, donde siguen existiendo zonas de silencio en las rutas de la provincia y con una agricultura que sigue decaída por la falta de agua para riego.
Es necesario un crecimiento más equilibrado en nuestra provincia, donde no existan tantas diferencias ni distorsiones.
Debemos progresar pero armónicamente, sin descuidar temas ambientales potentes que no pueden obviarse, como ha ocurrido recientemente con la doble vía de Carmen Alto a Calama y que nuevamente quedó postergada.
La provincia de El Loa tiene todo para seguir creciendo, pero necesita un avance por igual en todos los sectores, sin favoritos.