Eugenio Sugg Gálvez
El 17,3% de los jóvenes entre 15 y 29 años en el país no estudia ni trabaja. Así lo reveló la IX Encuesta Nacional de la Juventud, estudio según el cual la mayoría de quienes se encuentran en esta situación aduce situaciones externas como -en el caso de las mujeres- la necesidad de cuidar a sus hijos.
Efectivamente, si bien la encuesta desarrollada por el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), muestra una leve baja de la población joven "nini" (que no estudia ni trabaja), el porcentaje sigue siendo alto y se ubica entre los 10 primeros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
"Vemos una baja sostenida durante las últimas tres décadas en el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan, pero ahora somos capaces de identificar mejor sus causas: sabemos que la mayoría de quienes no trabajan ni estudian se encuentran en ese contexto por razones externas, siendo las mujeres las principales afectadas, en la medida que se relegan en ellas responsabilidades del hogar como el cuidado de hijos o familiares", explicaron desde el Injuv.
Crisis
El hecho es que según expertos este colectivo -que no se siente plenamente incorporado en la sociedad- estaría teniendo un rol protagónico en el estallido social que experimenta el país.
Los datos de la última Casen muestran también que Antofagasta es la segunda región del país con mayor porcentaje de población joven que no estudia ni trabaja con un 16%, superada solo por Tarapacá y Coquimbo, ambas con 17%.
Ese dato también es consistente con la masividad y continuidad de las manifestaciones, que en esta zona -a diferencia de otras regiones del país- se prolongan ya por más de dos meses.
"No creen en el sistema"
"Los Ninis están en el extremo que no cree en el sistema. Forman parte de una estructura que está por destruirlo para luego cambiarlo", aseguró el exsenador Carlos Cantero. Según él, el problema radica en que no tienen una propuesta clara para esa reconstrucción. "En mi libro Sociedad Digital, anticipé todo lo que está ocurriendo. Esa sensación de impunidad ante los abusos generó un grupo que se marginó y hoy está radicalizado. No tienen casa, trabajo ni proyecciones, en consecuencia no tiene nada que perder, aunque también hay un porcentaje de ninis que tiene de todo y viven de sus padres", cerró.
"Solo es un porcentaje mínimo"
Sebastián Errázuriz, director ejecutivo de Actitud Lab no cree que los Ninis tengan un rol protagónico en este movimiento. "Mucha gente ha levantado la bandera de los Ninis identificándolos como los que están en la calle. Pero cuando uno va a las marchas se encuentra con otra realidad: muchos escolares repletos de rabia, universitarios, estudiantes técnicos, gente que trabaja, etc. En nuestro programa Desafío Nini, trabajamos con más de 300 jóvenes y lo que hemos sondeado -sorpresivamente- es que solo un porcentaje mínimo participa de estas protestas", advirtió Errázuriz.
"Falta capacidad para atraerlos"
El sociólogo César Trabucco aseguró que "sería esperable que en estas movilizaciones hubiera una participación significativa de Ninis, porque operan como verdaderos marginales al sistema. No están involucrados en actividades educacionales ni laborales, como sería esperable a su edad", dijo. Sostuvo que el sistema está mostrando que le falta capacidad para atraerlos a la condición de estudiantes o al mercado laboral. Agregó que si el problema no fuera estructural de estos dos ámbitos, "entonces tenemos un problema cultural. Tenemos una anomia, dado el individualismo de este sistema", cerró.
"Entre los hombres falta interés"
Karen Pérez, directora del Observatorio Laboral dijo que para sostener explicaciones para el alto porcentaje de Ninis en la región se debe agrupar por género. "En los hombres, la principal razón para no trabajar es la falta de interés, ésta representa el 12% del total; en las mujeres, las principales razones para no trabajar ni estudiar son las relacionadas a cuidados de niños y la realización de quehaceres del hogar". Recordó además que -en términos socioeconómicos- en la región existe una mayor proporción de jóvenes ninis en hogares pertenecientes a los tres primeros quintiles.