Descubren señales ocultas en los pulsos de radio de una galaxia lejana
INVESTIGACIÓN. Gracias a la IA, emergen nuevos secretos de la misteriosa FRB 121102
Se trata de una ráfaga rápida de radio (FRB por sus siglas en inglés), un fenómeno astrofísico de gran energía de origen desconocido que se manifiesta como un pulso de radio fugaz que dura unos pocos milisegundos.
Descubiertos recientemente, los FRBs constituyen una categoría de acontecimientos astrofísicos fugaces que proceden de las profundidades del espacio extragaláctico. Su composición física continúa siendo un misterio.
La señal FRB 121102, descubierta en 2012, es la única señal de radio rápida que es capaz de repetirse, y esta característica ha llevado a los científicos a preguntarse si su origen es diferente al de los otros pulsos rápidos de radio.
Los astrónomos comprobaron hace algo más de un año que FRB 121102 se encuentra en una región matriz de estrellas de una galaxia lejana, situada a más de 3.000 millones de años luz de la Tierra.
La enorme distancia a la que se encuentra de la Tierra permite suponer que esa fuente provoca una descomunal cantidad de energía con cada pulso o estallido rápido: FRB 121102 irradia en un milisegundo tanta energía como la que emite el Sol durante todo un día.
Inactividad y actividad frenética
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Berkeley que trabaja en el proyecto Breakthrough listen, enmarcado dentro del proyecto SETI de búsqueda de vida extraterrestre, ha descubierto 72 nuevas señales de radio procedentes de FRB 121102.
Siguiendo la pista de esta misteriosa señal, los astrónomos orientaron los telescopios del Observatorio Green Bank de Virginia Occidental hacia FRB 121102 durante cinco horas.
Durante ese tiempo, recopilaron 400 terabytes de datos (un TB corresponde a algo más de mil billones de bytes), que fueron sometidos a análisis mediante algoritmos estándares. Esto les permitió descubrir 21 nuevas señales, todas observadas en una hora, lo que sugiere que la fuente alterna entre períodos de inactividad y actividad frenética, explica el investigador Vishal Gajjar en un comunicado.
A continuación los datos fueron analizados por un nuevo algoritmo avanzado, basado en inteligencia artificial y aprendizaje automático, una forma de Computación Evolutiva conocida como Redes Neuronales Artificiales Evolutivas (RNAEs).
Origen misterioso
Se trata de un tipo de redes neuronales artificiales en las que las conexiones se realizan siguiendo el modelo de la corteza cerebral visual de los animales. Usando esta potente herramienta, los astrónomos volvieron a analizar los datos de 2017 y encontraron 72 ráfagas adicionales no detectadas originalmente. Esto aumenta el número total de ráfagas detectadas de FRB 121102 a alrededor de 300 desde que se descubrió en 2012.
Los astrónomos han podido profundizar así en el origen misterioso de esta señal rápida de radio. Tal como informamos en otro artículo, hasta ahora se pensaba que procedía de un agujero negro supermasivo o de una nebulosa de un poder inaudito. Esta hipótesis se refuerza con este descubrimiento.
Sin embargo, según los científicos de California, a la vista de los nuevos datos, la hipótesis de que se trate de una tecnología desarrollada por una civilización mucho más avanzada que la nuestra no puede excluirse.
"Independientemente de que estas señales se manifiesten o no como signo de una tecnología extraterrestre, el descubrimiento es interesante", destaca al respecto Andrew Siemion, miembro del proyecto Breakthrough listen. "Nos ayuda a trascender las fronteras de un campo completamente nuevo que nos ayuda a progresar rápidamente en la comprensión del universo que nos rodea."
Científicos descubren tres peces en el suelo marino de la Fosa de Atacama
Uno de los estudios fruto de la expedición reveló la existencia de tres especies de peces que habitan en el suelo marino que, temporalmente, son identificados como pez baboso de Atamaca (del inglés Atacama snailfish) azul, rosado y morado, que lograron ser vistos gracias a una cámara sumergida en el fondo marino con carnada para atraer potenciales depredadores.
La investigación, liderada por el biólogo marino de la Universidad de Newcastle, Thomas Lineley, detalla que debido a la alta presión con que habitan estas especies, "las estructuras más duras en sus cuerpos son los huesos en su oído interior, que les ayudan a mantener el balance, además de sus dientes".
El resto de su cuerpo tiene una consistencia viscosa, principalmente por la fuerte presión con la que vive, al menos 2.500 veces más fuerte a la que estamos acostumbrados en la superficie -de acuerdo a una estimación del Instituto Smithsonian- lo que le permite mantener su estructura sin problemas.
Lamentablemente, cuando los científicos intentaron extraer estos peces para estudiarlos con mayor facilidad, uno de ellos se "derritió" al perder la presión a la que están acostumbrados. Sólo uno de ellos fue capaz de sobrevivir y actualmente está siendo analizado por los expertos.
Durante la investigación que se realizó en marzo de este año, 25% de los científicos eran chilenos, entre ellos, el director del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), Osvaldo Ulloa, quien conversó con Emol tras el hallazgo de este extraño pez, comentando que, debido al lugar del hallazgo, el pez debería exhibirse en nuestro país.
"El espécimen se capturó en aguas jurisdiccionales chilenas, y de acuerdo a la ley debe ser depositado en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN)", detalló el científico.
De acuerdo a la normativa del Dectreto Supremo N° 711, una nave científica de origen extranjero, "deberá entregar al
Instituto Hidrográfico de la Armada copia de los datos y resultados obtenidos en las investigaciones realizadas", ante esto, la información del animal podría llegar a los museos nacionales.
Una inteligencia artificial ha captado en el espacio 72 nuevas señales de radio procedentes de una fuente conocida, pero no identificada, denominada FRB 121102.
Hace seis meses, un equipo internacional, conformado por 40 científicos, descendió hasta las profundidades de la Fosa de Atacama para estudiar diversos aspectos de esta particular zona, que se extiende a una profundidad de hasta 8.081 metros, con un especial enfoque en la actividad biológica existente, y la investigación trajo resultados.