La historia de pasión y esfuerzo detrás del título del vóleibol loíno
EN PUERTO NATALES. Equipo femenino de Pacari, perteneciente a la Liga Exótica, se alzó con un torneo binacional en el sur de Chile. Viajaron con recursos propios y representando a Calama.
Llegaron por medio de una invitación y enfrentando una justa internacional con ocho equipos de Chile y Argentina en categoría todo competidor, sin muchas expectativas, pero con la experiencia que les da haberse pasado varios años disputando partidos en la cancha de la Liga Exótica y algún campeonato en el norte en el que participaron en años anteriores. Pero ganaron, indiscutidamente.
Entonces, la pregunta surge casi inmediata. ¿Quiénes son y cómo llegaron a consolidar un equipo tan fuerte? Y las respuestas están lejos de un apoyo federativo importante o de respaldos sustantivos detrás. Acá hay historia de esfuerzo, de un grupo de mujeres de Calama que viajó con lo justo, que puso dinero de su bolsillo para trasladarse al sur extremo, que se reforzaron para completar una delegación mínima y que apelando a las ganas y al sacrificio, se trajeron medallas que les pertenecen sólo a ellas, porque nadie las ayudó a realizar su exitosa aventura.
Lideradas por Teresa Ríos, quien jugó toda una vida al vóleibol, pero desde hace 20 años se instaló a ser parte fundamental de la competencia femenina en la Villa Exótica, este equipo llegó a Puerto Natales con Fabiola Vega, Marinka Zepeda, Irma Ávalos, Andrea Balboa y las incrustaciones de Carolina Castillo y Carola Vilca. Siete jugadoras, luego de que Govinda Araya se debiese bajar del viaje por la enfermedad de un hijo. Es decir, no tenían ni para el recambio.
Las primeras cinco son parte del club Pacari -ex 7.5- que en aimara significa "el que no envejece" aludiendo al espíritu del grupo. Teresa Ríos comenta que "todas somos mamás y tuvimos que arreglárnoslas para llegar acá y dejar a los niños con parientes o suegras, pedir permiso en los trabajos, juntar nuestra plata para pagar el viaje y entrenar semana a semana para representar a una comuna que no nos aporta con ningún peso. Sólo porque esto es lo que nos apasiona".
Hay otras historias de pasión por el volley en medio de la delegación. Fabiola Vega trabaja, tiene un hijo de cuatro años y se dedica a este deporte desde sus años de colegio, aunque en Pacari encontró su lugar. "Somos súper unidas y con realidades distintas. Hay una chica que estudia en el liceo aún -Marinka Zepeda-, tiene 18 años y es mamá, pero siempre juega y llegó igual hasta acá con nosotras. Creo que eso fue fundamental para que pudiéramos ganar, que nos conocemos de hace tiempo y tenemos una forma de jugar".
Proyección
Partieron un día temprano desde Calama, hicieron escala de 12 horas en Santiago, después otra larga espera para trasladarse de Punta Arenas a Puerto Natales y, al rato, a la cancha. Nada importó. "Para nosotros, era una oportunidad única y la supimos aprovechar", cuenta Fabiola, quien además tiene a su cargo la academia de vóleibol del Liceo B-10.
"No nos dieron ni un chicle, así es que esperamos que se reconozca el esfuerzo del equipo y no haya gente queriendo subirse al carro. Por ejemplo, nos mandamos a hacer unos cortavientos y a esos les pusimos el logo de minera Collahuasi, que no es de la región y allí trabaja mi marido. Después, ellos nos mandaron un apoyo como por auspicio. Así llegamos al sur, con pura inventiva y esfuerzo personal".
Le ganaron a todos los equipos y sólo entregaron un set, ante un equipo argentino. Y sienten que éste puede ser un incentivo para que llegue más gente a jugar en la Liga Exótica y por qué no, comenzar a generar una generación de campeonas, "porque nosotras no vamos a estar para siempre", explicaba Teresa Ríos.
Y hay potencial, al parecer. Fabiola Vega confidencia que "hay una chica de 13 años, del Colegio San Nicolás, que tiene mucho talento y está entrenando con nosotros. Eso es lo que esperamos que se replique.
Teresa Ríos espera que esta experiencia que define como "la más enriquecedora desde que empezamos a salir a jugar fuera de Calama", sirva como motivación. Para que las entidades locales apoyen al deporte local cada vez que una camiseta con el nombre de Calama esté jugando en regiones tan alejadas de nuestro norte.
Talento existe, nivel de organización en su liga, también. Faltan academias comunales, torneos locales y apoyos permanentes. Es esa misma apatía por el deporte que de vez en cuando, un grupo de exponentes locales logra romper sin más herramientas que el incentivo propio.
Carolina Castillo, la actriz que "reforzó" a las loínas en el sur
Fue elegida la mejor jugadora del torneo y llegó como refuerzo, aunque es calameña y siempre se dedicó al vóleibol. Carolina Castillo pertenece a la familia de este deporte en nuestra comuna, jugó un Judejut defendiendo a la región y ahora, dedicada a su carrera de actriz en Santiago, aún deja tiempo para su pasión y disputa la liga nacional defendiendo a Alianza Rivera Volley.
"El vóleibol en Calama es un círculo cerrado, pero hay talento y sólo falta darle más realce", comenta.