Calama durante años ha sido una de las ciudades que más aporta al desarrollo del país, esto debido a la actividad minera que se lleva a cabo en nuestra zona, lo que permite la generación de divisas para que los Gobiernos de turno puedan dar cumplimientos a las obras comprometidas en sus respectivos programas de gobiernos.
El problema radica en que diversos de estos proyectos que están en los planes del gobierno de turno son parte del centralismo y además no quedan en la zona, y en el caso contrario, muchas de esas obras comprometidas quedan sólo en promesas o simplemente a medias. Al respecto hay varios ejemplos; como la entrada sur a Calama, la ampliación de la Escuela de D-48 Presidente Balmaceda, la Ruta Carmen Alto-Calama y el Centro Penitenciario.
La raíz del problema estaría en la poca rigurosidad en los procesos de licitación y asignación de obras a empresas que finalmente no cumplen con lo adjudicado en calidad y tiempo, generando de paso un problema social que queda, generalmente, sin solución y en tierra de nadie. Por lo mismo, de éstas experiencias debemos sacar lecciones, en primer lugar respecto al tema de fiscalización, de dar cumplimiento de plazos tanto a los entes públicos como empresas y una mayor prolijidad en el proceso de selección de empresas que licitan.
Además que muchos proyectos no son bien concebidos técnicamente desde el principio, existen otras variables que afectan también su terminación como son las ineficiencias de algunas empresas, la limitada ingeniería de detalles por parte de los mandantes, y el pobre seguimiento y control de cambios por parte de las mismas autoridades.
Uno de los problemas es que para el tipo de licitaciones públicas, el MOP licita bajo la modalidad de "presupuesto oficial" el que muchas veces es confeccionado con referencia de precios de construcción en Santiago que no necesariamente representan la realidad local, especialmente en mano de obra, que en Calama es de mayor costo, debido al alto costo de vida.
Por lo mismo al momento de licitar, las empresas en pos de adjudicar un contrato, se ajustan a este presupuesto oficial, y en el corto plazo el contrato se hace insuficiente para terminar la obra, dejando en algunos casos los proyectos inconclusos.
Carlos Ramírez Leaño,
presidente de la CChC Calama