Festejos y alegría desatada en la Bahía de San Francisco. Los Golden State Warriors conquistaron la madrugada de ayer su quinto título como franquicia y el segundo en tres años, mostrando un juego contundente, además de un Kevin Durant en otra dimensión. En frente estuvieron por tercera vez a los Cleveland Cavaliers, los mismos que le quitaron el anillo el año pasado, por lo que el Oracle Arena era el lugar ideal para la esperada "venganza". Fue un 129-120 para dejar la serie finalmente 4-1 para los Warriors, que alcanzaron en la cantidad de títulos como franquicia a San Antonio Spurs, y ahora van por los seis anillos, los mismos que en los noventa conquistaron Michael Jordan y compañía con los Chicago Bulls. Calidad les sobra.