Apartir del año 2019 Chuquicamata tendrá un cambio radical en sus faenas al convertir su explotación de rajo abierto a subterránea, y en el futuro, también lo hará Mina Hales.
De allí la importancia del llamado realizado por el Gerente de Desarrollo Mina Subterránea de Codelco, Jorge Sougarret, a las empresas locales de cambiar la mirada del negocio y a estar preparados oportunamente para responder a los desafíos que emprenderá esta nueva forma de explotación minera.
Se debe considerar que este megaproyecto se extenderá por unos 40 años en la zona, y que con una compleja explotación bajo tierra, requerirá de nuevas tecnologías, otros insumos y variedad de servicios, distintos a los que hoy tiene el rajo abierto.
Serán mil kilómetros de redes que se construirán bajo el actual yacimiento y las necesidades serán cuantiosas, lo que abre una gran oportunidad de negocios para los empresarios de la zona.
Junto a la producción que requiere el proceso minero, se suma el desarrollo permanente que necesita la operación, por lo que se abren dos posibilidades de negocios a través de la conformación de áreas productivas adicionales y el desarrollo de nuevas tecnologías que necesariamente deben instalarse en la región.
De allí la importancia que las empresas locales puedan mirar este nicho de mercado como una oportunidad para reconvertirse y participar de este negocio.
El futuro subterráneo se comienza a instalar en nuestro país, si se considera que los rajos están creciendo demasiado y el costo de trasladar el material hacia la superficie lo hace insostenible.
Las empresas de la zona, tienen una gran oportunidad para incursionar en este nuevo negocio, debido a las diferentes oportunidades que surgirán de este proceso minero y que estarán muy ligado a tecnologías de vanguardia para su operación.
Considerando que este proceso comenzará en Chuquicamata, los empresarios industriales loínos no pueden desperdiciar esta propuesta que generará empleo durante 40 años más.