Y el análisis del delantero loíno deja claro que efectivamente lo suyo fue sólo un apronte, pese a que tomó las banderas de su escuadra en la segunda etapa y de una jugada suya salió el empate que permitió rescatar algo en la amarga jornada sabatina.
"Yo tenía muy claro que en el primer tiempo iba a tener que absorber rápido eso de estar por primera vez en la cancha con mis compañeros, porque eso, por más que entrenas se logra jugando. Por el rival y por la cancha. A medida que me fui metiendo más siento que logré mejorar lo que hice", confidencia el atacante.
Pero en el resumen, ¿con qué sensación se queda?
Con molestia y decepción como el resto de mis compañeros porque esto finalmente es grupal y sabíamos que para que no se nos escapara más el puntero había que ganar de local. Es frustrante saber que tenías planificado ganar de local, saber que hiciste lo que se pudo y no conseguirlo. Pero acá no hay tiempo para bajonearse.
La gente te despidió con aplausos y eso genera satisfacción, en lo más íntimo, ¿no?
Me voy feliz con la hinchada porque me apoyó, te alientan si tratas de hacer una y no te sale para que vayas por la otra. Yo sólo comprometo trabajo y sé que tengo que mejorar mucho. Recién va un período sin jugar y venía con mucho tiempo sin jugar.
Había ecuatorianos en la gradería que te vinieron a alentar...
Sí y me pone muy contento. Lamentablemente no se les pudo dar un triunfo. Hay mucho por regalarle a esa hinchada más fiel.
Uno te vio jugar por las dos bandas pese a que venías con cartel de especialista por derecha...
Es que hubo un momento en que no me encontrábamos la vuelta arriba y rotamos con Jiménez. Me sentí cómodo con esa alternancia y cuando entendimos que estábamos equivocados con eso de sorprender con pelotas cruzadas al equipo de ellos porque estaban muy bien parados atrás mientras nosotros asumíamos el desgaste.
¿Se quedaron abajo en la pelea por la tabla acumulada pensando en el ascenso directo?
Nosotros decimos que nada está perdido porque en el fútbol es así, una mala racha y se cae el puntero y hay que estar encima para tratar de quitarle el puesto. Es difícil y lo sabemos porque son 11 puntos en 13 partidos. Pero acá habrá que pelearla hasta el final. No nos vamos a caer por un empate.
Y por dónde pasa esa mejora...
Vamos a tener que convencernos que los puntos que se pierden acá hay que rescatarlos sí o sí afuera. Si el equipo no podía ganar de visitante, este es el momento de revertir esa marca y comenzar a sacar todos los puntos posibles fuera de casa.
El discurso habla mucho de lo que se atacó y protagonizó pero el del sábado fue un partido que se pudo haber perdido...
Eso se ve por la idea de ataque de nosotros. El equipo siempre trata de ser protagonista y cuando juegas así es normal que te toque defender mano a mano en muchas ocasiones, si el rival también juega y alguna vez te tiene que llegar al arco.
Le pegaron bastante, se va a adaptar físicamente porque se le notó el esfuerzo...
Sí, terminé muy agotado y eso del roce es cosa del fútbol, uno lo asume así. Era porque venía sin competición porque tengo claro que me faltó para terminar algunas jugadas...
Cuando fue sustituido en el minuto 90 por Fernando Cornejo, la última incorporación de Cobreloa se fue entre aplausos del público. Sin ser una presentación extraordinaria, lo del ecuatoriano estuvo por sobre la media de un equipo algo desordenado y desesperado tratando de buscar el triunfo ante Copiapó.