Calama en los últimos diez años está sufriendo grandes cambios y al mismo tiempo están surgiendo otras necesidades que hacen necesario acelerar el cambio en el Plan Regulador para la ciudad, con el fin de proteger ciertas áreas, dar mayor uniformidad a la ciudad y al mismo tiempo permitir acciones que en otro tiempo no estaban contempladas.
De esta manera, por ejemplo se podrá incentivar planes de renovación urbana en determinados sectores, se podrán permitir obras en lugares que hoy no es posible hacerlo, se podrá proteger el oasis y al mismo tiempo extender el área urbana para permitir el crecimiento de la ciudad en determinados sectores.
Calama se está transformando y todos coinciden que el trabajo debe de realizarse en conjunto entre el Estado, el sector privado y la ciudadanía que no sólo debe demandar y exigir, sino que también aportar para hacer de la capital de la provincia El Loa, una gran ciudad.
Toda la comunidad espera que sea un proyecto inteligente, a largo plazo y que ayude y no entrabe el progreso de Calama.
Este instrumento de planificación es clave para seguir levantando una ciudad más ordenada, más moderna, más acorde con las necesidades de la población.
La demanda de levantar más edificaciones de altura y más equipamiento para la ciudad requiere de cambios en el plan regulador.
Si queremos salvaguardar determinados sectores de la comuna, es necesario modificar el plan regulador.
Uno de los principales puntos en cuestión es la protección del Oasis, donde se buscará resguardar la mayor cantidad de territorios cultivables con el fin de que el valle de Calama no termine lleno de construcciones, galpones e industrias.
La comunidad local sabe que el valle, o el oasis como lo conocemos, es vital para sustentar a esta ciudad y que de seguir depredando este territorio terminará afectando a toda la población, más si sabemos que la minería en la zona no será eterna.
Para todo estos desafíos, el Plan Regulador de Calama será esencial.