Chug Chug: el rescate de los gigantes del desierto
conservación. Este verano un grupo de científicos y estudiantes está trabajando arduamente en catastrar y conservar los geoglifos dibujados sobre los cerros del desierto a escasos kilómetros de Calama.
En el límite comunal entre Calama y María Elena se encuentra el Parque Chug Chug, poco conocido lugar que alberga más de 500 geoglifos, siendo una de las mayores concentraciones de estos dibujos ancestrales en todo el mundo.
Formas geométricas o antropomórficas son parte de este patrimonio cultural de la zona norte, el cual ha sufrido múltiples daños por la acción del hombre. De hecho, hace unos años se denunció que la instalación de torres de alta tensión para la división Ministro Hales de Codelco, destruyó uno de los geoglifos.
La ignorancia sobre el valor del parque juega en contra de su conservación y ese es justamente uno de los problemas que un grupo de profesionales y estudiantes quiere solucionar. Por eso, desde el 15 de enero, se instalaron en un domo en pleno desierto a trabajar en el catastro y conservación de las figuras. Para eso incluso están ocupando un drone que capta imágenes aéreas de estos gigantes.
Gonzalo Pimentel, geólogo y director ejecutivo de la Fundación Desierto de Atacama, entidad autora de la iniciativa, explica que "ahora estamos haciendo una actualización del catastro de los geoglifos, ya que nos hemos encontrado con muchos daños en los últimos 3 años. Estamos con drones haciendo fotografías áreas para así comparar la intervención que han tenido. Lo que hemos constatado es que ha aumentado exponencialmente el daño".
Sobre las causas del daño, Pimentel identifica tres: actividades mineras, deportes a motor y turismo informal. "El rally Dakar pasó hace dos años por ahí y eso incentivo la práctica de deportes motor en el lugar", sostiene.
Algunos de estos geoglifos datan desde el Período Formativo, vale decir, desde el año 1500 AC al 500 DC, aunque su mayor expresión corresponde al Período Intermedio Tardío, desde el año 900 al 1450 DC.
Fueron creados en una zona que corresponde a parte de una ruta caravanera, que unía el altiplano con Quillagua, el último poblado en el río Loa antes de su desembocadura en el mar. Esa localidad era un punto de comercio donde se intercambiaban productos costeros con los del territorio andino.
Difusión
Además del proceso de investigación que está desarrollando la Fundación Desierto de Atacama, también están entregando información a los pocos turistas que llegan hasta el lugar. Se puede ir directamente hasta el domo que queda a pocos metros de la carretera (a 30 minutos de Calama) o coordinar una visita en el Centro de Información Turística de Quillagua, ubicada frente a la plaza de ese pueblo. Este centro también fue impulsado por la fundación y tiene guías locales capacitados con amplio conocimiento de la historia y cultura local.
Otro aspecto importante de Chug Chug, es que es uno de los mejores lugares del mundo para el turismo astronómico, lo que lo hace un sitio interesante para visitar de día o de noche.