Ricardo Pinto Neira
No hay días de descanso para el principal referente del equipo. Ni siquiera cuando la semana fue exigente y por el receso de una semana, el cuerpo técnico decidió entregar una jornada libre al plantel.
Sanhueza no para. Todos los días combina uno o dos entrenamientos. Si no es con el plantel, su segunda rutina la hace en solitario, en un gimnasio céntrico y ante la mirada de todos los hinchas que comparten con él, le comentan la campaña y donde siempre tienen una opinión de parte del líder del vestuario naranja.
"La gente me sigue tratando muy bien pese a que todos sabemos que no se ha cumplido con las expectativas de nadie. Ni de los dirigentes, ni de los hinchas ni de nosotros mismos. A diferencia de otros lados, acá el hincha si te ataja en la calle es para demostrarte cariño, una foto. Para pedirte que se salga rápido de esta situación", dice.
La campaña está lejos de considerarse positiva y el volante penquista lo sabe. Más aún, es claro cuando se le pregunta por la razón del mal momento deportivo del equipo.
"Si yo tuviera la respuesta del por qué este equipo no gana cuando en muchos partidos juega bien y domina a sus rivales, créeme que ya la habría dicho en el camarín para revertir la realidad que estamos viviendo. Cuando preguntan si es ansiedad, si es poca confianza, si equivocamos el planteamiento o si nos falta pragmatismo para cerrar partidos, uno piensa que acá hay un todo", reconoce el experimentado jugador.
Objetivos
Arturo Sanhueza cambió el sur por el norte, un equipo que ascendió y muestra solidez institucional como Deportes Temuco por un proyecto deportivo osado y un club con presente incierto como Cobreloa. Pero el capitán sale a enfrentar el momento complejo de "los zorros" y también a refrendar su proyecto personal.
"Siempre dije que me pude haber quedado en Temuco, que es un equipo que hoy está peleando por el torneo nacional en Primera División pero mi idea fue venir a participar de algo que me ilusionaba y me ilusiona aún mucho, que es poner a Cobreloa en el lugar que le corresponde en el fútbol chileno, más allá de los problemas que debió enfrentar en el último tiempo. Y sobre replantearme la situación, para nada. No me arrepiento de haber venido a Cobreloa y sigo creyendo en este grupo y en la gente que me trajo acá", recalca.
El capitán deja clara su postura respecto de los rumores de salida de César Bravo desde la banca loína. "Cuando salió Carlos Rojas dije en su momento que el final de torneo nuestro iba a decir si fue una buena solución o no. Con lo de César -Bravo- sería lo mismo, pero obvio que a ningún grupo le hace bien que se esté cambiando el entrenador a cada rato. Si la solución al problema futbolístico del equipo dependiera de sacar o poner a un entrenador o de cambiar a los jugadores, nosotros ya lo habríamos identificado. Yo al menos, lo habría hablado en la interna pero como plantel, lo único que se asume es que los que entran a la cancha somos los jugadores, independiente de quién esté en la banca. Somos los principales responsables de este momento del club".
Una pregunta frecuente para los integrantes del equipo por estos días es si el ascenso ya está en el olvido. Y Sanhueza entrega luces de cómo se piensa en la interna del plantel. "No nos hemos olvidado de por qué vinimos acá, de por qué nos trajeron. Ciertamente el objetivo de subir está lejos porque hay equipos que nos han sacado ventajas pero seguimos creyendo que si este equipo agarra una racha de partidos ganados, la confianza va a volver y acá hay gente que juega bien y tiene mucha experiencia. Hemos perdido terreno, es cierto. Pero si los equipos todavía se nos meten atrás es porque en la B aún nos tienen mucho respeto".
18
1