El senador Pedro Araya declinó hacer declaraciones sobre el denominado caso "fondo solidario". El congresista argumentó que "junto a los otros senadores hemos resuelto no realizar declaraciones por tratarse de dineros privados".

El fondo, se creó al interior de la cámara de diputados, consistía en que los miembros de modo voluntario realizaban un aporte mensual, aproximado a $350.000, para la eventualidad de dejar la tarea parlamentaria ya sea por no obtener la reelección o dejar el trabajo legislativo y abandonar el Congreso.

De hecho, el exdiputado UDI, Manuel Rojas fue uno de los que desde 2008, año en que se generó la propuesta, comenzó a aportar a dicho fondo solidario.

El exlegislador explicó que siempre tuvo conciencia que era para cuando algún parlamentario dejara la cámara de diputados por no querer seguir como congresista o perder una elección, como fue su caso.

Por lo mismo, cuando perdió su cupo como diputado en 2013, le fue entregada una suma cercana a los $40 millones, los cuales afirmó le sirvieron para reinsertarse en la vida cotidiana, ya que al perder la calidad de diputado no recibe ningún tipo de indemnización.

Por lo mismo, le llamó la atención que los diputados que consiguieron ser elegidos como senadores, entre ellos Pedro Araya, exigieran que los recursos se les fueran devueltos, siendo que nunca fue la intención de generar ese fondo.

En estos momentos, por medio de una carta una serie de diputados exige la devolución del dinero entregado.

Un rápido avance registran las obras de construcción de un gran centro comunitario en la localidad de San Pedro de Atacama, proyecto que se enmarca en la intervención del programa Quiero Mi Barrio, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en el sector Yacktamarí Lickan del poblado precordillerano.

El proyecto, denominado "Centro Comunitario Lickanantay", cuenta con una superficie de 300 metros cuadrados, en la que se distribuirán una sala multiuso, cocina, servicios higiénicos para personas con discapacidad, sombreaderos y una terraza de acceso sombreada al costado norte del recinto, lo cual se materializa gracias a una gestión conjunta del programa Quiero Mi Barrio, del ministerio de Vivienda y Urbanismo, y la municipalidad de San Pedro de Atacama.

Inversión

La obra, que contempla una inversión de $207 millones, fue recorrida por un grupo de vecinos del barrio Yacktamari Lickan, que se encuentra en la fase final de la intervención social y urbana que ejecuta el programa Quiero Mi Barrio. Junto a ellos, participaron en la visita profesionales de la seremi Minvu, del equipo municipal y de la empresa contratista.

El secretario regional ministerial de Vivienda y Urbanismo, Mauricio Zamorano, precisó que el programa Quiero Mi Barrio ha realizado una positiva intervención en varios sectores poblacionales de la comuna de San Pedro de Atacama.

"En una gestión conjunta con el municipio y los propios vecinos, quienes en un proceso participativo proponen los proyectos e iniciativas a realizar en su barrio, hecho que se ve reflejado en la intervención que se desarrolla en Yacktamari Lickan", explicó Zamorano.

Vecinos

Por su parte Janet Tecay, habitante del sector y presidenta del consejo vecinal de desarrollo, se mostró satisfecha con los avances que presentan las distintas dependencias.

"Por fin vamos a contar con un espacio que no sólo servirá para el encuentro y la recreación sino que también puede servir eventualmente como refugio ante una posible emergencia, además que es un proyecto que nos llena de orgullo ya que fue diseñado tomando en consideración las opiniones de los vecinos", dijo la dirigenta vecinal.

El directivo regional del Minvu indicó finalmente que la inversión global comprometida por el programa Quiero Mi Barrio, en San Pedro de Atacama, bordea los mil millones de pesos aproximadamente, y que Yacktamari Lickan ha sido denominado "Barrio de Interés Regional", al igual como ha ocurrido con otros barrios ubicados en sectores aislados y con características distintas a las de cualquier ciudad del país.

Redacción

Gracias el aporte de minera El Abra, en junio se dio inicio a la ejecución de obras correspondientes a la segunda etapa del Colegio Técnico Industrial Don Bosco de Calama, lo que permitirá ampliar su infraestructura para el año escolar 2017.

De acuerdo a sus ejes estratégicos, la minera El Abra entregó un aporte de $500 millones para la continuidad de las obras del colegio, recinto inaugurado durante marzo de este año con 490 alumnos y que entrega educación gratuita y de calidad a niños y niñas de la ciudad.

El presidente de minera El Abra, Mike Kridel, señaló que ellos como empresa minera están comprometidos con la formación y educación de la sociedad más joven y vulnerable de Calama.

"Hemos apoyado este gran proyecto ya que estamos convencidos que desde estas aulas saldrán en el futuro los técnicos calificados que va a requerir la minería. Creemos que este colegio da la posibilidad de formar a jóvenes y darles la posibilidad de optar a mejores oportunidades laborales", dijo Kridel.

Proyecto

El Colegio Técnico Industrial Don Bosco de Calama, representa un trabajo colaborativo mancomunado de la Asociación de Industriales Antofagasta, comunidad Salesiana y empresas con operaciones en la zona, como Minera El Abra, que ven en este proyecto una manera de contribuir de manera efectiva en el futuro de jóvenes de la ciudad, a través de la entrega de contenidos educativos formales y una base sólida basada en valores y principios sociales.

En la actualidad, el establecimiento atiende a alumnos de séptimo, octavo y primero medio en las carreras Mecánica automotriz, Mecánica Industrial, Electricidad, Electrónica y Minería Subterránea.

490 alumnos es la matrícula actual del colegio Don Bosco en Calama, número que debería aumentar en 2017.

$500 millones entregó minera El Abra para la continuidad de las obras de construcción del colegio.