El desierto de Atacama es una de las zonas más rica en meteoritos
Ventajas. Las características propias del lugar facilitan la pesquisa de las rocas siderales.
El universo siempre ha sido un tema interesante para la humanidad. La información que brinda su estudio es primordial para el conocimiento del origen de nuestro y otros planetas, así como también para entender algunos misterios que siempre han rondado al ser humano.
La Segunda región de Antofagasta se ha caracterizado por ser una zona privilegiada para la astronomía y por ende, para el estudio del universo. A la instalación de observatorios y telescopios de gran tecnología, debido a la limpieza de sus cielos, se le suma que posee características que permiten la pesquisa y conservación de rocas siderales, más conocidas como meteoritos.
Es así como es posible encontrarse con trozos del universo en las inmediaciones del desierto de Atacama, que incluso, además de ser una zona rica en meteoritos, cuenta con el cráter de impacto más grande de Chile y el mejor conservado de Sudamérica: Monturaqui.
A continuación se intentará realizar una breve descripción sobre la relación entre la región de Antofagasta y estas rocas siderales. Además de ello, plasmar la importancia del estudio y hallazgo de los meteoritos para los misterios del universo y por qué no del ser humano.
¿Qué son los meteoritos?
Antes de adentrarnos un poco más en la caída de los meteoritos en la zona es necesario tener en claro qué son específicamente. El astrónomo y docente de la Universidad Católica del Norte, Maximiliano Moyano, explica que son "objetos rocosos, remanentes de la formación del Sistema Solar, provienen del Cinturón de Asteroides o incluso de mucho más lejos, como por ejemplo el Cinturón de Kiuper, de donde vienen los cometas".
Por eso es tan importante el estudio de estas rocas, ya que "es vital para entender las condiciones iniciales de nuestro Sistema Solar y la formación de la vida, pues en algunos casos estos meteoritos aún traen consigo componentes primordiales existentes en los inicios de éste", dice Maximiliano Moyano.
Es tan relevante esto que incluso se llega a teorizar que varios elementos para la vida pudieron ser depositados en la Tierra por estos meteoritos y no proceder directa o exclusivamente de nuestro planeta.
Región de meteoritos
El hecho por el cual la región de Antofagasta posee una gran cantidad de hallazgos de meteoritos, no se enfoca solamente en que es un lugar donde han ocurrido una gran cantidad de impactos, sino que también por las características desérticas que favorece la observación de éstos.
Lo anterior lo afirma Moyano, quien recalca que "las condiciones de sequedad y los cielos privilegiados que posee la región de Antofagasta permiten un fácil acceso a los lugares donde caen los meteoritos. Un contraejemplo de esto es la zona del Amazonas donde, además de ser difícil su observación es muy dificultoso acceder al lugar de impacto".
Además, no sólo favorece la observación y acceso a meteoritos, sino que también a su conservación. Debemos tener en cuenta que una vez que caen a la Tierra comienzan un proceso de deterioro, el cual es indetenible a no ser que le introduzca en una cámara de vacío. Según Rodrigo Martínez, director del Museo del Meteorito de San Pedro de Atacama, ese proceso de deterioro se llama "terrestralización" y recalca que " gracias a las cualidades del desierto de Atacama, comparado con otras partes del planeta, los meteoritos logran conservarse de mejor manera y esto ha hecho que la zona sea una de las más ricas de meteoritos en el mundo".
Sin embargo, la caída de tocas siderales es muy recurrente en el planeta. No obstante, la mayoría de los objetos se desintegran al pasar por la atmósfera. "Los más frecuentes son los meteoritos pequeños y los menos frecuentes los más grandes. Aunque es normal la caída de meteoritos, uno de gran tamaño podría tener efectos devastadores", dice Maximiliano Moyano.
De esta manera, los que caen a la Tierra son aquellos que pudieron resistir el "viaje". Los meteoritos se fragmentan más o menos a los 30 kilómetros de altura, quedando sobre el suelo dejando una lluvia importante de dispersión, la que en palabras de Rodrigo Martínez, muchas veces ha dejado una cantidad de 170 trozos en el suelo.
Por otro lado, la geóloga Millarca Valenzuela, quien siempre se ha interesado en la materia de los meteoritos, dice que el desierto de Atacama es rico en estas rocas también porque "algunas superficies de la región son muy antiguas y estables. Esto significa que en millones de años no han sido modificadas. De esta manera, todo lo que cayó en esos lugares permanecerá intactos, sólo siendo afectados por la deflación, que es el proceso de movimiento de partículas en el suelo por el viento".
De la misma manera, la geóloga coincide en que la híper aridez del desierto permite que el material no se destruya como en otras partes del planeta.
Monturaqui
Si hablamos de los meteoritos en la región, no debemos dejar de mencionar el cráter de Monturaqui. Ubicado en las cercanías de San Pedro de Atacama, específicamente a 200 km de Antofagasta y a 3.000 metros de altitud, el cráter de impacto de Monturaqui es el mayor de origen meteorítico en Chile, y como se dijo anteriormente, el mejor conservado de Sudamérica.
Según la información brindada por el Museo del Meteorito, la explosión que produjo el impacto cósmico tuvo que haber sido equivalente a 2 bombas atómicas de Hiroshima. Aun cuando no se sabe con exactitud su data, se cree que podría ser más antigua que 100.000 años. Además, se tiene en claro que este impacto produjo que las temperaturas vaporizaran el meteorito, junto con la roca local. Esto trajo como consecuencia la eyección en un segundo de 7 millones de metros cúbicos de tierra, causando un deterioro total a 3.000 metros a la redonda.
La solidificación del proceso explicado anteriormente produjo la formación de impactitas, que son la evidencia del origen meteorítico del cráter.
El Museo del Meteorito
Como es de esperarse en pleno desierto, específicamente en San Pedro de Atacama se encuentra el Museo del Meteorito. Este lugar ofrece una serie de servicios, donde llama la atención la muestra de la colección de Rodrigo Martínez de más de 3.200 ejemplares.
Las actividades de este recinto son todas de tipo educativas. Los interesados pueden aprender la "Caza de meteoritos" y también pueden acceder a Monturaqui a través de una expedición guiada donde incluso se pueden buscar las impactitas.
Su director, Rodrigo Martínez, argumentó que jamás iba a imaginar en que terminaría viviendo con un proyecto tan importante como este museo. Su interés por los meteoritos comenzó cuando acompañaba a su hermano, un geólogo de la UCN, quien por el año 1983 realizaba su tesis sobre los meteoritos. Paradójicamente, su hermano luego de titularse, no encontró campo en ello y empezó a ejercer como geólogo en la minería. No obstante, Rodrigo siguió motivado con el tema y, luego de haber estudiado Biología Marina se dedicó de lleno a la búsqueda y estudio de meteoritos y a su colección.
En agosto de 2012 ya comenzó a funcionar este museo en San Pedro de Atacama y su éxito ha llegado incluso a que sea conocido en otras partes del globo. Además de entregar enseñanza y contribuir al conocimiento de las rocas siderales, el Museo del Meteorito se dedica a hacer joyería con excedentes de las rocas.
Es por ello que en el museo se pueden encontrar también orfebrería exclusiva, hecha con rocas siderales. Sin embargo, lo más interesante de este museo es poder conocer acerca de los meteoritos carbonáceos, los que brindan la química orgánica ligada la vida terrestre, lo que - como se dijo anteriormente- provee una importante información sobre el origen de la vida.
"(el estudio) es vital para entender las condiciones iniciales de nuestro Sistema Solar y la formación de vida, pues en algunos casos estos meteoritos traen consigo componentes primordiales existentes en los inicios de estos".
Maximiliano Moyano
Astrónomo UCN
200 kilómetros
de Antofagasta se encuentra el cráter de Mosturaqui, el más grande de Chile y el mejor conservado de toda Sudamérica.
2012 fue el año
en que comenzó a funcionar el museo del meteorito en san Pedro de Atacama, gracias a la iniciativa de Rodrigo Martínez.
30 kilómetros
la altura en la que los meteoritos se fragmentan cuando están cayendo sobre el planeta tierra.