Para qué construir con cemento si nuestro entorno nos ofrece materiales ecológicos. Hoy en día se habla de la bioconstrucción, un concepto relativamente nuevo referido a los sistemas de edificación con el menor impacto ambiental, tanto en su construcción como en su funcionamiento como vivienda. Sin embargo, esta práctica tiene su origen hace miles de años cuando el hombre antiguo se apropiaba de los materiales que le ofrecía su entorno natural para construir sus casas. "Son esenciales las técnicas vernáculas (propias del nativo) correspondientes a cada Bio región. En San Pedro de Atacama vemos las construcciones de tierra más antiguas en la Aldea de Tulor construida con tapiales pequeños, hoy las técnicas más comunes de ver en el pueblo y que han sido vueltas a usar es tapial para deslindes, adobe para viviendas y en menor presencia la estructura de quincha. El rescate de arquitectura vernácula y sus elementos arquitectónicos se vuelve crucial para crear arquitectura contemporánea en lugares patrimoniales", explicó Marcela Serrano, arquitecta de fundación Pangea para el patrimonio vernáculo.
Adobe
La imagen e historia de San Pedro de Atacama está muy ligada a su arquitectura. Sus antiguas casas de adobe son símbolo de esta centenaria localidad. ¿Por qué utilizar adobe? Los beneficios son muchos para este material compuesto de barro y bosta fermentados, más paja de trigo. El principal es su inercia térmica, la cual permite tener viviendas frescas en verano y cálidas en invierno. Desde el punto de vista económico todo depende de si hay disponibilidad del material o si hay que fabricarlo, todas las técnicas de bioconstrucción convocan al trabajo comunitario como una forma de vida, por lo tanto tiene un impacto social. Si se compran los adobes, están más o menos a precios similares de los bloques de cemento. Con respecto a la realidad actual, el punto en contra sería el tiempo que se requiere para la preparación de un buen adobe. El proceso completo duraría al menos un mes y medio entre elaboración y secado. "La tierra es el mejor material para construir, mientras se elabore y estructure adecuadamente", dijo Serrano.
En cuanto a construcciones nuevas, existe una norma para regular que restringe la altura y colores de las viviendas y propone fachadas continuas en centros patrimoniales, entre otros puntos. En opinión de la arquitecta Serrano, sería ideal generar planes educativos para aplicar y dar a conocer estas técnicas para que San Pedro pueda crecer consecuente a su origen vernácula. "Es común ver construcciones que comienzan a salirse de la lógica, que no corresponden a los patrones arquitectónicos ni al material de construcción de la zona y están ubicados en zonas patrimoniales, lo que es preocupante", señaló.
A pesar de esta realidad, la profesional destaca las iniciativas de algunos grandes hoteles que se insertan arquitectónicamente en la identidad cultural de San Pedro de Atacama. "Hay hoteles que rescatan estas técnicas de construcción, lo cual es positivo y valorable", dijo Serrano.
Iniciativa turística
Macarena Suárez, ingeniera comercial, investigó por años cómo desarrollar un proyecto turístico de bioconstrucción. Tenía una idea fija, edificar con materiales reutilizados y barro. No fue fácil, sus primeras experiencias fueron en base a "prueba y error", pero no quiso dar pie atrás.
Hace dos años abrió "Atacama Loft", en el Ayllu de Larache, en San Pedro de Atacama y el mayor atractivo para sus pasajeros es la construcción de cada uno de los rincones de este complejo turístico.
Para construir uno de estos loft necesitó de 2 mil 300 botellas de plástico y 2 mil botellas de vidrio. Para otra requirió de 11 mil cajas de cartón, 900 botellas de vidrio y mil 400 de plástico. Y no se quedó allí, en un corral probó la construcción con neumáticos y barro. Materiales que de no estar acá, estarían en la basura.
"He tenido pasajeros que son arquitectos, constructores, o del rubro y les interesa venir a ver lo que hice. Se sorprenden porque generalmente no se sale del hormigón y del fierro. Además, nadie se da el tiempo de buscar en internet e investigar cómo hacer esto. Es un valor agregado. Yo creí en esto y la gente lo reconoce así. La mayoría me elige por eso", dijo Macarena Suárez.
Además, en Atacama Loft hay otras iniciativas que apuntan hacia un turismo sustentable, como baños secos y la reutilización del agua del lavaplatos y la lavadora para regadío. De esta forma cada loft tiene un minihuerto.
"No hay que estudiar economía para hacer esto, es cosa de investigar y atreverse. Para mí esto fue una plataforma de experimentación para tener una construcción ecológica. Aquí reutilizamos los palets, el aceite usado de autos se usó para impermeabilizar los pilares de madera de los loft. Son pequeñas cosas que van haciendo la diferencia", dijo Suárez.
Casa autosustentable
El paisajista Ingo Bauditz, conoció hace un par de años la bioconstrucción. Un amigo le comentó que en Bolivia se construían casas de barro y paja llamadas Lak` a uta, (casa de tierra en quechua) y se aventuró a construir una en el ayllu de Yaye en San Pedro de Atacama. "Me llamó mucho la atención, porque es antisísmica y con materiales naturales propios de esta zona. Además, no es construido como una caja de cartón, sino como cúpulas".
Hace seis años empezó de forma autodidacta a construir en conjunto con maestros bolivianos. En general la casa está hecha de adobe. El techo está construido con adobitos, impermeabilizante a base de guano de caballo y aceite de linaza, más un revestimiento de paja. Materiales que sacaron del mismo lugar. Sólo la madera de raulí y roble reutilizada la trajeron desde Santiago.
"Yo tengo mucho respeto por este lugar, no quise construir una casa moderna en un lugar que tiene mucha historia. La idea es respetar los materiales que siempre se usaron acá", dijo Bauditz.
Siguiendo la línea de las construcciones ecológicas, esta casa es autosustentable. La energía es fotovoltaica, el agua se calienta a través de un sistema termosolar, del cual también utiliza el calor para calefaccionar el hogar, ya que los tubos se ubican en las paredes. Además reutiliza el agua que ocupan en la cocina y ducha para el riego.
"Es un sistema completamente ecológico, es una manera de poder vivir bien en lugares aislados o en lugares como aquí donde hace falta agua. Con esta forma se puede construir acá sin usar más recursos de los que hay", dijo Bauditz.
"Hay hoteles que rescatan estas técnicas de construcción, lo cual es positivo y valorable".
Arquitecta Fundación Pangea