Actualmente van 10 meses de intensos trabajos en la antigua estructura, contabilizando un 70% de avance, acorde con la programación que tiene como meta entregar la iglesia a la comunidad el 29 de junio de este año, día en que celebran a su santo patrono San Pedro.
"Se hizo toda la restauración correspondiente a consolidar muros, techumbre y ahora estamos en la parte de terminaciones. Finalizamos toda la torta de barro y para eso se hizo una ceremonia con la comunidad de los tijerales, mientras que ahora se están haciendo las terminaciones de los muros que es poner los revoques gruesos y el afinado de los muros", mencionó la encargada del proyecto, Beatriz Yuste, quien informó además que la próxima semana empezarán a poner el piso de madera.
La terminación de la iglesia está prevista para que concluya en abril, para posteriormente realizar algunas obras en el atrio de la iglesia (zona exterior), donde es necesario hacer un sistema de evacuación de aguas lluvias y reparar los muros perimetrales.
Antiguas pinturas
En agosto 2014 se dio inicio a la restauración del retablo del altar mayor, trabajando desde entonces en la recuperación bajo cuatro capas de pintura sintética de las policromías datadas en 1940 aproximadamente. Y en pleno proceso de restauración, se descubrieron las figuras de dos ángeles en la hornacina central, bajo la capa de pintura que se estaba recuperando, presumiendo que estas policromías corresponden a una modificación que se le hizo del retablo en 1894.
"Por fotos y por conversaciones que teníamos con la gente, se sabía que existían figuras que se habían perdido. Nosotros estábamos al tanto, pero no habíamos tomado la decisión de seguir buscando más abajo porque no conocíamos el estado en que estaban y podía darse que estuvieran muy dañadas", explicó la encargada de la restauración de los bienes culturales, Isabel Adriasola.
Dado el valor patrimonial del hallazgo, se ha dispuesto una ventana que lo deja al descubierto y se propone restaurar la hornacina central del retablo en dicho momento histórico, manteniendo el resto del altar en el instante que le sucede. Por esto, los trabajos siguen con la programación original, dejando pendiente la restauración de los ángeles hasta conseguir el financiamiento necesario y así incorporar esta intervención que supone un trabajo adicional de alrededor de tres meses. "Faltan recursos, unos ocho millones de pesos y tenemos una serie de trabajos por hacer, por lo que si nos dedicamos a restaurar la hornacina central no terminaríamos de hacer otras cosas que están en la programación", explicó Adriasola.
Nolfa Anza lleva cerca de 10 meses trabajando en el área de bienes culturales, junto a tres compañeras más de la comunidad, es atacameña y valora cómo la restauración está permitiendo descubrir retazos de la historia de su pueblo. "Estas figuras son de mucho tiempo atrás, yo nunca las había visto antes. Y siento que se rescata una historia escondida de San Pedro, por ello la idea es que quede a la vista y así la gente puede apreciarlos", precisó.
Otro de los trabajos minuciosos que se realiza, es la restauración del retablo del calvario, el cual está empapelado completamente hace aproximadamente unos 80 años. "El empapelado tiene muchas intervenciones, se nota el desgaste y como lo han ido repintando. Lo que estamos haciendo es limpiar y consolidar. El papel tenía muchas hendeduras y en partes estaba despegado, por ello lo que hemos estado haciendo es ir despejando con un gel la suciedad, inyectando este gel como un adhesivo, por medio de jeringas. Y donde estaban las hendeduras fuimos haciendo suturas y sobre eso hacemos la reintegración de colores. En otros lados se hicieron injertos de papel", contó Adriasola.
Excavaciones
En el marco de las excavaciones que apoyan el avance arquitectónico del proyecto de restauración, se encontró en el interior de la nave central de la iglesia, un piso de palmetas de arcilla cocida. El hallazgo podría ser del año 1839, fecha en la que ocurre un incendio total del edificio y se reconstruye nuevamente. Esta suposición se basa en restos de calcinación hallados junto al piso encontrado.
"Si bien hubo demoras para empezar a realizar las excavaciones, hoy se está haciendo todo el trabajo arqueológico que consiste en hacer unos pozos en la iglesia, ocho en total, para saber cuántos niveles tuvo el templo históricamente. Bajo el piso de madera en pino oregón americano de principios del siglo XX, se halló este de palmeta de arcilla cocida que seguramente sea de la iglesia original, el que no ha aparecido en todos los lugares pero si en ciertas zonas", dijo Beatriz Yuste.
Los pozos de sondeo alcanzan una profundidad aproximada entre 20 y 30 centímetros, si bien no han aparecido entierros humanos durante las excavaciones, si se han hallado huesos de animales y humanos. "Nos hace suponer, por lo que dicen los arqueólogos, que esto se da porque es una tierra que se ha movido muchas veces", mencionó Yuste.
Para tener más información al respecto, la antropóloga física Silvia Quevedo, está realizando un análisis más detallado del hallazgo. Si bien es pronto para dar respuestas, la profesional explica que "antes en las iglesias enterraban muertos, siendo lugares de cementerio. Durante 1853 en Chile, salió una ley que prohibe los enterramientos en las iglesias, dando paso a la creación de los cementerios, pero eso es una orden y nuestra manera de desarrollarnos como sociedad, no siempre respeta esto", comentó Quevedo.
Cripta
Pero un misterio que quedará sin resolver es qué hay en la popularmente llamada "cripta", una pieza adherida a un costado de la iglesia que no posee ni ventanas ni puerta. "En otras iglesias como la de Chiu Chiu, sí que hay existen construcciones anexas al edificio que normalmente son para enterramientos. Aquí no se tiene permiso para intervenir por parte del Consejo de Monumentos Nacionales, pero se podría explorar sin intervenir, es decir introducir una cámara pero sin llegar a entrar. Algunas personas del pueblo dicen que está vacía, pero existen muchas leyendas de enterramientos", dijo Yuste.
La siguiente etapa de la restauración será en la misma iglesia San Pedro de Atacama durante el mes de mayo, donde se recuperará el mueble del órgano y se capacitará a una persona preocupada de la conservación y uso del instrumento.
"Faltan recursos, unos ocho millones de pesos y tenemos una serie de trabajos por hacer, por lo que si nos dedicamos a restaurar la hornacina central no terminaríamos con la programación".
Encargada de restauración