Un extenso trabajo de coordinación entre diferentes instituciones y empresas se está llevando a cabo para hacer realidad el nuevo proyecto del Museo Arqueológico Gustavo Le Paige de la Universidad Católica del Norte, ubicado en el casco histórico de San Pedro de Atacama. El actual inmueble será demolido -debido a daños estructurales- para construir en el mismo lugar un edificio que cumplirá con mayores estándares para el resguardo del patrimonio arqueológico y antropológico que da cuenta de la historia y cultura Lican Antay.
Embalaje
El embalaje de las más de 300 mil piezas arqueológicas se ha convertido en una de las labores más arduas y minuciosas. Actualmente el 85% de la colección se encuentra cuidadosamente embalada de acuerdo a su materialidad. Este plan de contingencia lo ejecuta una empresa externa que abastece de los materiales adecuados para el embalaje y la amortiguación, además de la contratación de 25 personas de la comunidad atacameña que apoyan la labor, guiados por cinco conservadores.
"Conocemos el volumen total para el traslado, que son unas 10 mil 583 cajas. Una de las grandes problemáticas como institución es que todavía no tenemos desarrollada una base de datos que permita cuantificar de forma precisa la cantidad de piezas. Hoy en día se está haciendo un inventario para controlar todos los materiales que se van a trasladar. Lógicamente, ese levantamiento preliminar nos va a servir para el registro y documentación", dijo el director del Museo Arqueológico Gustavo Le Paige, Arturo Torres y agregó que el 2010 se inició un proyecto de base de datos que se ha ido mejorando para contar con un registro acabado de toda la colección, tarea que se llevará a cabo durante los dos años que estarán en el recinto transitorio.
Comunidad y trabajos
El inminente cambio de inmueble, el manejo de las piezas arqueológicas y la demolición del actual museo, no han sido temas indiferentes para la comunidad atacameña. Por ello, tras conversaciones entre ambas partes, se llegó al consenso de formar una comisión de la comunidad y otra comisión institucional que participan en el seguimiento del cumplimiento de los objetivos del plan de contingencia.
Además, quienes trabajan en el proceso de conservación y embalaje son miembros de la comunidad atacameña. Cecilia Cruz es una de las jóvenes que desde agosto del 2014 trabaja en el museo. En un comienzo fue asignada a trabajar con cerámicas y hoy se dedica a laborar con cuerpos. "Es un desafío diario, porque no todos los cuerpos estaban en las mismas condiciones, algunos traían el ajuar, y otros estaban sucios o con infecciones, entonces tenemos que limpiarlos y hacer todo un proceso de conservación. Es un trabajo que hacemos con mucho respeto. Sé que ellos no están donde deberían, pero también sé que gracias a ellos tenemos conocimiento sobre nuestra cultura", dijo Cecilia Cruz sobre uno de los trabajos más delicados que se lleva a cabo.
Según explica la administradora de la Unidad de Colecciones y conservación, Jimena Cruz, antes de empezar con el trabajo de los cuerpos, se realizó una ceremonia para pedirles permiso, tanto a las comunidades como a los antepasados, para realizar las labores de preparación del traslado. "Se cree que hay unos 400 cuerpos, algunos traídos en contexto de rescate. Son cuatro personas trabajando a mi cargo en esta área. Hemos hecho diferentes embalajes y probando, hemos llegado a sistemas más sencillos que cumplen finalmente la misma función", dijo Cruz.
Recinto transitorio
Inicialmente, la zona de recinto transitorio, la cual ya está construida a un costado del cementerio de San Pedro de Atacama, tenía una funcionalidad exclusiva de resguardo de la colección por dos años, mientras se demuele y construye el nuevo edificio de 5 mil metros cuadrados, distribuidos en tres grandes niveles: plaza, museo y conservación.
Sin embargo, los planes iniciales fueron cambiando debido al alto costo de no contar con una exhibición abierta al público, además de otros factores que jugaron a favor. "Teníamos un volumen de 10.583 cajas y de acuerdo a los criterios de embalaje y amortiguación, muchas de estas cajas se redujeron. Esto nos permitió que de los 22 módulos que teníamos considerados como depósitos, nos quedara espacio. Por ello y por el impacto que nos producía no estar visibles por dos años, estamos previendo una pequeña salita de exhibición, en la cual se contemplan cuatro exhibiciones temáticas", dijo el director del Museo Le Paige, Arturo Torres.
Plazos
Con respecto al primer cronograma del proyecto, ha habido un aplazamiento, debido a que se solicitaron permisos para mayores obras en la zona de recinto transitorio, para, entre otras cosas, contar con una sala de exhibición. "El 13 de enero se envió el oficio con la documentación al Consejo de Monumentos Nacionales para que aprueben la demolición del museo (permiso sectorial ambiental). Pedir una mayor obra generó que se atrasen los plazos, una vez que nos llegue la aprobación, recién manejaremos los tiempos", dijo el director de Obras de la municipalidad de San Pedro de Atacama, Daniel Rodríguez.
En tanto, se estima que el 30 de enero se termine el proceso de embalaje, para dar paso en febrero al traslado de las piezas arqueológicas a la zona de recinto transitorio.
"Conocemos el volumen del traslado, que son unas 10 mil 583 cajas. Una de las problemáticas es que no tenemos hecha una base de datos que permita cuantificar de forma precisa la cantidad de piezas".
Director Museo Gustavo Le Paige